ACTIVOS INTANGIBLES

«Estamos hechos de la misma materia que los sueños. Nuestro pequeño mundo está rodeado de sueños».

William Shakespeare

 

Vivir en el desierto no es cómodo. Nadie dijo que lo seria, y sin embargo hace ciento once años, los hijos del ferrocarril encontraron en el corazón del noreste mexicano un lugar para crecer y desarrollarse, en Torreón, Coahuila. México.  Seguramente no fue fácil, para aquellos primeros Laguneros, construir una ciudad en medio de la nada. Para ello se requirió además de mucho trabajo, aferrarse de ilusiones. Todo emprendedor sabe de lo que hablo. 

La necesidad de crear esos intangibles sugirió que las primeras empresas fueran nombradas “La Constancia”, “La Unión” y “La Esperanza”, decretando con estos valores una hoja de ruta. ¿Cómo puedes vencer al desierto, o por lo menos convivir con él, si no es con constancia, con unión y sobre todo, con esperanza? Al nombrar así a sus compañías, nuestros fundadores, quizá sin proponérselo, comunicaron y transmitieron los principios fundamentales de la conducta de nuestra región. 

¿Cuál es la misión y la visión que – como grupo –  tiene tu familia? Y no me refiero a la misión, visión y valores que se establecen – casi por requisito –  en la empresa, y a las que se les da, en muchas de las ocasiones, un uso poco mayor que meramente decorativo; me refiero a los valores que son la parte medular de la conducta y la manera de hacer negocios de tu familia a través de las generaciones. 

Lo común al hablar de los valores de tu propia familia, es que encuentres un amplio listado. Es importante que identifiques, dentro de éstos, cuales son los básicos, los fundamentales y los que han permitido a tu empresa o negocio llegar a la posición en la que se encuentran, para que una vez definidos, nos permitan proyectar la trascendencia de la misma.  

Establecer estos valores nos permitirá entender cuál es el camino que debemos trazar para cumplir con nuestros objetivos comunes, personales, familiares y empresariales, pero también identificar cuáles son las herramientas que debemos de transmitir a quienes nos suceden.

El punto crítico de las empresas familiares radica en lograr migrar de manera exitosa el control de la empresa de una generación a otra, ya que establecer de manera clara los mecanismos mediante los cuales se pacta traspasar la propiedad y la dirección de las empresas no es nada sencillo. 

Esto puede pasar, lo mismo porque un gran número de familiares intervienen en la operación y dirección de la empresa o por la falta de interés para seguir operando de las nuevas generaciones.

Tener identificados los valores del sistema Familia – Empresa te permite transmitirlos a las siguientes generaciones lo mismo para invitarlos a formar parte de la historia familiar, que para fijar la guía que llevará la dirección de la empresa, independientemente de quien esté al frente de la misma.