LOS NATURALIZADOS, LA NUEVA LEY DE AMPARO Y LA SENTENCIA BOSMAN

No hay jugadores jóvenes o viejos; los hay buenos y los hay malos.

 

  • Santiago Bernabéu.

 

LOS NATURALIZADOS, 

LA NUEVA LEY DE AMPARO 

Y LA SENTENCIA BOSMAN.

 

ANTECEDENTE

Existe la polémica derivada de la decisión de la Federación Mexicana de Fútbol de permitir que los jugadores de futbol que sean mexicanos por nacionalización dejen de ocupar lo que el argot futbolero llama “plaza de extranjero”.

El futbol profesional se practica en forma organizada según la reglamentación que establece la  Federación de cada país, las cuales a su vez convergen a la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA). Según el reglamento mexicano, cada club puede jugar con un máximo de 5 jugadores extranjeros. 

El caso que nos ocupa está en los jugadores extranjeros que se nacionalizan después de cumplir con los requerimientos legales establecidos por las leyes mexicanas. Cuando un jugador extranjero se nacionaliza mexicano, la Federación Mexicana de Futbol no lo considera como mexicano per se, sino que se le pide cumplir con otra serie de requisitos mientras se le permite jugar como “nacionalizado”.

La Federación Mexicana ha anunciado que a partir del próximo torneo, los mexicanos por nacionalización serán considerados como mexicanos con plenos derechos para jugar al futbol sin necesidad de ningún trámite adicional. Lo anterior ha sido causa de agrias polémicas y los comentaristas deportivos han gastado aire y tinta sin contemplaciones. 

OPINIÓN LEGAL

En abril del año pasado se publicó la Nueva Ley de Amparo. Este ordenamiento sufrió modificaciones trascendentales, incluyendo la posibilidad de que un quejoso presente un amparo en contra de Actos de Particulares (Artículo 5 de la Ley de Amparo).

Por lo anterior, un jugador mexicano “por nacionalización” a quien la Federación Mexicana de Futbol le niegue su derecho a trabajar, puede solicitar un Amparo Indirecto ante un Juzgado de Distrito, toda vez que las disposiciones de la Federación violan sus derechos fundamentales consagrados por la Constitución Mexicana.

Al no permitir que un jugador mexicano por naturalización sea registrado o alineado por un club, se violan los Derechos Fundamentales de los mismos consagrados en la Constitución Mexicana en sus artículos primero y quinto. 

 

El artículo primero  establece que “Queda prohibida toda discriminación por origen étnico o nacional…”, mientras que el artículo quinto señala que “A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen los derechos de tercero, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad”.

Obvio decir que la Ley no distingue entre Mexicanos de Nacimiento y Mexicanos por Naturalización.

PRECEDENTE LEGAL INTERNACIONAL

La posibilidad de que un jugador demande a la Federación de Fútbol no es nueva. 

Una de las Sentencias Fundamentales de la Unión Europea es justamente la emitida en el juicio entre Jean-Marc Bosman y la Federación Belga de Futbol, en el cual entre otras cosas, el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, mediante sentencia de fecha 15 de diciembre de 1995 declara ilegal que las Federaciones de Futbol de los Estados Miembros de la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea) establezcan un número limitado de jugadores  de otros Estados Miembros.

OPINIÓN FUTBOLERA.

No podemos solicitar que los Mexicanos por Naturalización tengan derechos diferentes, sería retrasarnos en la escala de evolución humana. Lo que debemos recomendar es que los extranjeros que vengan a nuestro futbol cumplan con una serie de requisitos técnicos y de experiencia, como lo hace la Liga Inglesa. 

Esto garantizará, con el tiempo, que quienes se nacionalicen no sean petardos, sino futbolistas con clase que aumentarán el nivel de nuestra liga y nuestros jugadores.

Voy por el mundo sombrero en mano,

 y en los estadios suplico:

 “Una linda jugadita, por el amor de Dios”.

 Y cuando el buen fútbol ocurre, 

agradezco el milagro sin que me importe un rábano 

cuál es el club o el país que me lo ofrece. 

–Eduardo Galeano.